El macho lince estará listo para el apareamiento cuando cumple alrededor de 2 ½ a 3 años de edad. Las hembras maduran sexualmente más jóvenes, con un rango que varía de 1 ½ a 2 años de edad. Los machos irán en busca de las hembras y les animarán a participar en el proceso de reproducción, estas hembras pueden aparearse con más de un macho durante una temporada de apareamiento, como resultado su camada puede ser de diferentes padres.
El lince tomará parte en el proceso de apareamiento durante el invierno. Las hembras son capaces de dar a luz una vez al año y las crías nacen aproximadamente 70 días después de que, el apareamiento se lleva a cabo. Durante este período de tiempo la madre creará una guarida, donde su cría pueda nacer. Ella necesita que sus cachorros estén bien protegidos tanto de los elementos naturales como de los depredadores.
Una camada de cachorros de linces puede ser desde uno a seis individuos, usarán el calor de la madre para mantenerse cálidos y consumirán la leche que produce. Tienen el cuerpo lleno de pelos al nacer, pero no pueden ver todavía. Les tomará unos 10 días antes de ser capaces de abrir los ojos. Instintivamente saben llegar al cuerpo de la madre para alimentarse de la leche que produce, esto lo harán rizados unos con otros para mantener el calor.
Cuando tienen cerca de cinco meses de edad comenzarán a consumir carne. Los cachorros son muy juguetones, lo que también les ayuda a desarrollar la fuerza y las estrategias necesarias para la caza más adelante.
El joven lince vive con su madre durante unos 9 meses, luego debe extenderse y buscar su propio camino en la naturaleza. A veces, la madre simplemente los dejará, y desde ese momento deben valerse por sí mismos. Pueden permanecer con sus hermanos, por unos pocos meses, antes de comenzar a moverse más y más lejos el uno del otro.
Ellos promedio de vida de los linces en estado salvaje es de 13 años, sin embargo, los jóvenes son bastante propensos a los depredadores. Mientras más viejos se hacen, menor es la probabilidad de riesgo es para ellos, aun así, existe una alta tasa de mortalidad para los jóvenes linces y sólo alrededor del 30% de ellos llegan a la madurez.
Además de los problemas con los depredadores, el lince joven tiene otras preocupaciones, pueden morir de hambre si no tienen las habilidades adecuadas para la caza. Cuando existe abundante alimento, tienen menos riesgo de convertirse en presa, y también menos posibilidades de no encontrar el suficiente alimento para su propia supervivencia.
Los problemas con las enfermedades y los parásitos son comunes entre el lince. Estos elementos se pueden encontrar en su hábitat natural y, el hecho de que pueden viajar varios kilómetros por día en busca de alimentos también significa que tienen una alta probabilidad de infectar a los demás si han estado plagados de algún tipo de enfermedad o infectados con parásitos.
Los humanos seguimos construyendo carreteras en áreas donde vive el lince, lo que significa que tienen más problemas para sobrevivir, tal vez deban cruzar carreteras transitadas para llegar a sus fuentes de alimentos y como resultado, muchos mueren golpeados por coches que frecuentan estos tramos de carretera.